Creatividad y ejercicio artístico, ¿inspiración divina o procesos neurocognitivos?

Abstract

El objetivo del presente ensayo es aportar evidencias acerca de la creatividad y el ejercicio artístico como procesos cognitivos complejos y contrastar esto respecto a concepciones históricas diferentes. En algunos períodos anteriores al siglo XX, la creatividad ha sido considerada como un “don” o como fruto de la “inspiración divina”. Platón propuso que la creatividad era independiente de la voluntad o las habilidades de los artistas: eran las musas quienes inspiraban el trabajo creativo; por lo tanto, los artistas eran simples herramientas para la expresión divina: no era una habilidad humana. Hoy en día, la creatividad continúa siendo materia de estudio y examen: ¿es un don divino?, ¿está relacionada con un talento innato?, ¿es un proceso cognitivo que puede ser enseñado, adquirido, y mejorado?, ¿es la expresión de algún tipo de inteligencia? Investigaciones actuales indican que la creatividad nada tiene que ver con la inspiración divina; es esta es una capacidad humana vinculada con el pensamiento y el hacer transformativos. Las representaciones mentales y la experiencia están involucradas en los procesos creativos. El cerebro humano ha transitado por un largo proceso evolutivo y la creatividad es uno de sus principales productos. Relacionada con la imaginación, la neuroplasticidad, el pensamiento, el análisis, el aprendizaje, la resolución de problemas, las lluvias de ideas, la experimentación, la expresión y muchas otras habilidades humanas, la creatividad es –sobre todo– un proceso cognitivo, tal como se propone aquí.